top of page

Dolor de espalda crónico, un enfoque integral

  • Foto del escritor: cems
    cems
  • 13 dic 2018
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 8 oct 2019


“No existe un remedio mágico que lo cure” señala en esta entrevista el Dr. Eduardo Stonsky, quien explica en detalle cómo se puede mejorar con un programa  basado en la alimentación y el ejercicio.

El dolor de espalda es  muy frecuente  a cualquier edad y por diferentes razones. “Algunos pacientes llegan por la guardia, ya que levantaron una maceta y les generó un dolor lumbar que no se les va o siempre lo tuvieron pero comenzó a incrementarse”, comienza el Dr.  Eduardo Stonsky.


¿Qué otras situaciones suelen presentarse en la consulta?Está quien empezó a caminar porque tenía que bajar el colesterol pero lo hizo sin el calzado adecuado, sin calentar y nos dice: “Me empezó el dolor de columna y no pude hacer lo que me pidió el médico”. En las embarazadas, el dolor lumbar en el tercer trimestre es un motivo muy frecuente de consulta.

En adultos jóvenes, por lo general, es por exceso en el deporte. Por último, están quienes ya probaron todos los tratamientos, siempre fueron analgésicos-dependientes y llegan diciendo: “Algo tengo que hacer con esto porque no doy más.”


¿Cómo podemos definir al dolor de espalda? Una manera novedosa de entenderlo es considerar al dolor como un exceso de carga que supera la capacidad de adaptación de la columna. Por ejemplo, quien está acostumbrado a levantar dos kilos de peso y un día levanta diez, lo mismo si le toca atravesar una situación de estrés. La carga a la cual se expone la columna puede, entonces, ser física o psíquica, esto vale para el deporte, el trabajo, todos los ámbitos.


La carga física es el peso, el que uno tiene o el que puede levantar. La psíquica también tiene una implicancia enorme por cuanto más estresado se está, más carga psicofísica hay sobre la columna, sobre los circuitos en general. Quien no se adapta siente dolor, se deprime, incluso se puede infartar.


¿Qué es la capacidad de adaptación? ¿Todos tenemos la misma? Es importante. Por ejemplo, ¿por qué no se lesionan los deportistas jóvenes? Porque tienen una enorme capacidad de adaptación a la carga. ¿Y por qué sí se lesionan los mayores? Porque la suya es muy pequeña, no es la misma para todos.

Se puede tomar el ejemplo de una goma, si uno la “trabaja” va a ser más flexible y se va a adaptar mejor, tanto en fuerza como resistencia. Si esa estructura uno no la alimenta bien, no la entrena y la carga de toxinas (comida chatarra, exceso de fármacos, cigarrillo, alcohol, sedentarismo y malas posturas), pierde adaptación y se llega al dolor. 


No se necesita romper una vértebra o un ligamento para tener dolor, simplemente por sobrecarga muscular, articular o ligamentar.


Cuando uno piensa causas del dolor las relaciona con la postura, no tanto con el ejercicio y menos con la buena alimentación, ¿cómo influyen?  Con todos los pacientes que vienen, además de trabajar con el esquema de cargas que recibe según su rutina cotidiana, la terapéutica se basa en mejorar la dieta, facilitar que los músculos, las articulaciones y tendones se depuren de las toxinas, que se oxigenen y con una dieta rica en minerales, proteínas y aminoácidos para mejorar las estructuras osteomioarticulares.


¿Los pacientes preguntan por qué no les recetan un medicamento? Muchas veces, pero lo que uno trata siempre de transmitir es que el paciente comprenda lo que le está pasando. No existe un remedio mágico que uno tome y se le vaya el dolor de espalda. Va a mejorar muchísimo más si hace ejercicio, si cumple con la dieta, se drena y sigue un orden en los fármacos.


¿Por qué no son necesarios los antinflamatorios? Los usamos poco y nada, estamos en una tasa de un 2% en uso crónico, únicamente ante dolores agudos y nunca por más de cinco días. Y esto es porque, primero, los fármacos los conocen todos; segundo, parecen haberles hecho poco efecto. Entonces, si te hicieron poco efecto ¿no pensás que faltaba algo en ese tratamiento?


¿Por qué es importante aquí el ejercicio? Para volver a oxigenar el tejido es necesario que circule sangre, por eso la importancia del ejercicio aeróbico. Se puede a cualquier edad, la cuestión es cómo adaptarlo según las posibilidades de cada edad. Uno siempre explora, el adulto mayor -algo que aprendí de la gente- suele aceptar más rápido el ejercicio si ya lo practicó alguna vez. Uno intenta que recuerden ese entrenamiento y suele ser una estrategia exitosa. En el otro extremo están los abuelitos Winnie Pooh que caminan como ese osito y sólo van del sillón a la heladera. Allí está el desafío más difícil.

Comments


bottom of page